Confiado .... hoy te llamé muy cercanamente.
Me pegué de ti para llamarte ...
creí que el resultado sería un darte afecto ...
creí que sería un “darte”.
Me pegué más……. te llamé más
Mamá .... mamáa
No te oía
Decidí ahondarme aun más hacia tu oído
Mamá .... mamá .... mamáaaa .....
Entonces .... falto de aire en tu mutismo ...
... disneico en el intento ...
.... estéril ...
me separé de ti,
pero sólo para sentir
... emboscado alevosamente por el dolor ...
que el filo de uno de tus anzuelos
anclado en lo más profundo
de los recuerdos de mi infancia
-al jalonarse en mi retirada-
....me desgarraba el alma.
Nota:
Escrito después de haber entrado a atender a mi madre, en la terapia intensiva del hospital Victorino Santaella de Los Teques. Ella murió esa noche.
Lunes 9 de abril de 2007
Mi enemigo y yo
“Todo
hombre que vive éticamente…
Cada
día se tiene a sí mismo como tarea”
Kierkegaard
Avanzar hacia
mis retos… no exactamente la honestidad… no exactamente la franqueza (eso es
consecuencia)... sino la verdad. No la gran verdad… sino la cotidiana, la
múltiple, la del cada día, la del cada momento, la pequeña y, por eso mismo,
poderosa verdad, me encuentra a mi mismo como principal enemigo.
Terrible
enemigo yo… que se monta trampas a sí mismo, que se auto justifica, que propone
permanentemente actuar a conveniencia.
Terrible
enemigo que se esconde en el más difícil de los escondites… que guía mi propia
mano… enemigo que no puedo atacar con panfletos… ni apuntar por la mirilla de
un fusil (enemigo fácil ese)
Pero tengo
aliados…
De aliado
tengo el silencio… de aliado tengo la reflexión… de aliado tengo la calma… la serenidad…
de aliado tengo la rabia… de aliado me tengo yo!